domingo, 31 de octubre de 2010

Los tiempos que corren

hoy que la palabra juventud
vuleve a estar en las tapas
como un hálito
como sinónimo de vocación, de entrega
pero también con esas rispideceses que le son propias
-incluso desde su grafía de patas y cuellos
si la miramos como hacen los niños
que ven a las palabras como animalitos raros que caminan las páginas
en un andar lento primero, tanto que confunden con quietud
después más rápido hasta que de golpe
las alas se vuelven sentido-

estos días anda dando sus trancos
antes los ojos de todos
esa palabra juventud
un poco demodé
romanticona

a algunos nos da cierto pudor
porque estamos en ella todavía
acariciando alguna de sus orejas con nostalgia
pero sin haberla nunca tenido en el regazo
despatarrada

y como si esta inquietud fuera poco
-este no saber si somos o no somos
todavía parte del rock-
hay un llamado de urgencia que acecha
"es ahora o nunca"
que creemos cursi, exagerado
pero bien que nos está quitando el sueño a más de uno

No hay comentarios:

Publicar un comentario